El mundo respira noches sin luna
saetas de fortunas oscuras
miradas que arrullan
la furia del mar en vilo
haciendo camino
en cada tenue destino
que acuna el cielo
certero lamento
del sentimiento sincero
que encierro en el pecho
bajo miedo del reloj
canción de amor
poema en clave de sol
sorprendente estruendo mayor
que da voz
a la razón del más allá
ayúdame a levantar
las ganas de paz
escribiré libertad
en cada techo de cristal
que me obligue a llorar una ayuda
mientras la locura
apelmaza la noche oscura
de la desaparecida luna.
Sendero eterno que repetir
una
y otra
y otra vez más
por toda la repetida eternidad.
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