martes, 8 de enero de 2019

Se consume el presente como la vela temblorosa que teme apagarse

Rebusco en la basura de mi cenicero
tratando de encontrar esa colilla que perdí
mientras la cerilla ardía entre mis dedos
y el humo del tabaco me hablaba de ti.

Salté al folio en blanco para escapar
y en sus finas curvas me topé
con los desastres del vacío sin final
solapando estrellas tras la venda que no ve.

Me desgarro en finas hebras de horrores
y busco preguntas a las inocuas respuestas,
el mundo es un giro eterno de dados y sermones
en tanto que todo arde sin lograr aferrarnos a sueños ni metas.

Podría hacer desaparecer cometas tras el miedo
de saltar metros y metros, lejos del suelo caí
y en el fondo del vaso hallé el ciego cuento
que me susurro cuando anhelo más de lo que perdí al vivir.

* * *

Allí,
allí,

muy lejos,
por ahí,


todo lo frustrado siempre estará lejos de mí


y por el camino aprendí a aspirar paz y sonreír.


***


Llorar lo que no se tiene es la mayor cobardía para no asumir el porvenir.

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