domingo, 12 de noviembre de 2023

Solo rompí los espejos para verme a través de otro cristal

Miro a los ojos a los fractales de tristeza,
cristales rotos entre espejos que sabían la verdad,
y me devuelven olas de infelicidad en un mar de tormentas,
de desastres a los que nadie sabe ya poner freno,
pero que están ahí
aunque no queramos
e intentemos por todos los medios mirar a otro lado.

Las heridas todavía duelen
¿Cómo llamamos a esas cicatrices que no cicatrizan,
que son fantasmas que nos visitan en la noche, en la soledad, y sobretodo en la ducha,
Cómo llamamos a esas cicatrices que no cicatrizan?

¿Ruinas?
¿Desastres?
¿Corazón roto?

El futuro se hipotecó en una burbuja especulativa de frágiles ilusiones
y estalló
como estallan todas las burbujas
dejando un reguero de esperanzas despedazadas, muertos por suicidios y de arruinados por bancarrotas de despiadados corredores que se corrían en cada apuesta de despectiva risa.

Y el pueblo,
como siempre,
pagamos los platos rotos
sin saber que quién nos decía proteger
solo arañaba las comisuras de nuestros labios
para vivir a costa de nuestra felicidad.

Distópica vida que se dibujaba en su cabeza.

¿Y yo?
¿Qué pasará conmigo
ahora que camino solo por este camino?

Los senderos sin destino se han abierto,
la esperanza factura a plazos,
y levantar la cabeza es una cuestión de actitud con la vida:

O pisas fuerte al avanzar
O te pisan.

Y yo,
por pura supervivencia,
soy más de crecer en firme
que de despedazarme por culpas ajenas.


Solo mírame a los ojos
y no me pidas que pague por tu tristeza

Porque no lo haré

Nunca más.



Solo rompí los espejos para verme a través de otro cristal.

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