A veces pacto con el diablo y me pierdo en el tiempo. Me pierdo en las palabras lanzadas como armas, como un puñal arrojadizo que se clava en el corazón.
A veces juego al ajedrez con Dios y pierdo; gana la batalla y como un Leviatán, encierra mi espíritu en el infierno.
A veces nada vale la pena y prefieres sumergirte en esos oscuros sentimientos, hundirte en un pozo de tristeza y acurrucarte en la miseria.
No hay comentarios:
Publicar un comentario