Es la magia de las casualidades
la que unió al verano
con el invierno
forjando el hechizo
de un otoño eterno.
Es la magia de las casualidades
la que cruzó nuestros caminos,
sin siquiera pedirlo,
haciendo que el miedo
al futuro fuese un sinsentido.
Es la magia de las casualidades
la que nos acercó
rápido y directos
-como los mejores besos-
y que sin comernos ni bebernos
(en exceso)
hizo del amor libre
la cura de nuestra libertad,
las alas para alcanzar nuestros sueños.
No hay comentarios:
Publicar un comentario