sábado, 12 de diciembre de 2015

Ojalá una parada menos en nuestra distancia

Esa es la pena,
que no desaparezca

como un banco de niebla
en medio de la carretera,

y que los problemas volasen
como las hojas al viento,
pero hoy sólo se oye mi lamento
y aunque no lo esperase,
esta vez no consigo expresar lo que siento,

porque las miradas quedan lejos
y las palabras, tecleadas,
no me permiten besarte el alma por dentro
-ni por fuera-
y las caricias quedan a deber y facturadas

y mientras,
sigo esperando ese tren que me lleve a tu parada,
y bajarme,
para encontrarte,
(besarte, acariciarte y abrazarte,
sé que juntos haríamos arte)

pues la niebla ya no estará cuando te vea,
y es una pena,
que no desaparezca,
no quiero tener que soñar otra noche
junto a ti
esperando a que amanezca.

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