Se me escapa el mundo entre los dedos
como un vano intento de detener el tiempo,
como una marca grabada a fuego en el pecho,
como una maldición de la que no hay razón por la que seguir latiendo,
como un inerte recuerdo que por más que lo atesoro no doy para tanto lamento.
Se funde el rumbo en un conjunto
de idas, venidas,
llegadas, partidas,
estaciones sin salida,
entradas sin vías,
carreteras perdidas en rectas infinitas
que no tienen cambio de sentido ni aun sabiendo que no hay giro para volver a dónde estuvimos.
Se derrumba el pasado en las manos
como castillos de naipes que juegan al solitario,
como misterios inexplorados,
como palabras en la arena que se lleva la marea,
como resistencias imperecederas por más que el viento sople y crea
que todo está lejos y nada está cerca.
Segundos robados
ganados al reloj por más que lo hayamos olvidado,
instantes de instituto, colegio, y años,
y años,
y años que por más que lo creímos el futuro nunca nos vino dado de antemano,
que no teníamos nada a lo que jugarnos todos los tazos,
como partidas de dados que sin haberlo esperado
conseguimos llegar a algún lado,
-aunque este
estuviese mucho más lejos
de lo que hubiéramos [(o hubiese) alguien] soñado.-
Se-
todo sé
como sé que se fue, se marchó, se escapó, se acabó...
se
todo sé
Que aun recuerdo al niño enamorado que entre paseos de verano descubría sentimientos nunca explorados,
miradas escondidas a esa chica al otro lado de los pupitres,
besos de teatro que replanteaban todo lo eternamente establecido y marcado,
pasos
entre paseos nocturnos en ríos castellanos,
instantes de estrellas y licorkas en un campo de trabajo
al calor de una ducha y un baño improvisados,
octubres de la mano,
otoños entre poesía soñados,
veranos, inviernos,
festivales, carreteras y viajes con música impregnados.
Se-
todo sé
como sé que se fue, se marchó, se escapó, se acabó...
se
todo sé
Que aun no termino de comprender como todo vino, vio, venció y fue,
pero yo
aún en noches como esta
miro por la ventana
y apuñalo a sangre fría las letras,
como si así
algo de lo aquí plasmado valiese la pena,
que pena
que solo sea una forma de rendir cuentas
creyéndome poeta.
Y sé, a pesar de todo,
que como Amaral el tiempo se me escapa entre las líneas del pasado y los álbumes de fotos,
que como Tuenti no hubo forma de sobrevivir siempre
y que el porvenir nos sobrepasa a veces y nos devora
poco a poco,
pero aun quedan muchas esperanzas y sueños por ver sonreir,
por mirar al frente y seguir,
por ti,
por mi,
por vivir.
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