Sentado en el balcón de tus labios
sorteé todos los obstáculos a través de la luna,
y en el halo de luz que despierta la noche
me topé con la mañana entre tus dedos de fortuna.
El mar susurra recuerdos lejanos
y la brisa acariciaba con calma,
todas tus fantasías de medianoche
que refulgían en el atardecer de tu mirada.
Mirando el horizonte perdido
encontré el camino entre el azar aleatorio,
y al calor de todos tus buenos días
las sábanas cosquillearon murmullos de otoño.
Mirando el sendero versado
hallé soles al otro lado del espejo,
y de lejos supe que había reflejos de vidas
deslizándose por nuestros besos rimados.
El viento refresca esperanzas bañadas
por el sol escondido entre el Atlántico,
y entre los rincones de tu alma de verano
sonríen canciones que bañan el alma.
Sentado en el mirador de los sueños
soñé con soñarte poemas en la espalda
y pensé por un instante que todo se detenía
mas era que todo alrededor de tu mirada giraba.
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