domingo, 30 de mayo de 2021

Follemos sobre mi caída

En esta noche solitaria
echo mano de una cerveza
y me pierdo entre las arenas del tiempo
buscando desiertos
que explorar
entre la soledad
de una vida que se escapa
ante nuestra incapacidad por mantenernos en pie.

Y las luces de la ruta
y la muerte del nacimiento
ya se ha marchado
como el sol,
y solo podremos soñar
con el firmamento llorando
hasta el sagrado infinito.

Entre nubes de nieve y tormenta
solo hay una oportunidad,
caer en nuestra tumba, 
caer en nuestro túmulo,
y las lágrimas inmortales
que se han olvidado de nosotros
por este instante
que nunca existirá.

Solo el humo tiene todas las respuestas,
solo el humo tiene todas las respuestas.

Eternidad.


Y acordes de guitarra que me hacen llorar.


Quiero follar sobre mi tumba.

Quiero follar sobre mi caída.


No me lamas las heridas,
por favor,
no me lamas las cicatrices,
te lo suplico.


Solo miro al sol
y ya no hay nada que ver,
solo miro al futuro
y ya se ha apagado el horizonte.

No veo nada,
si por mí fuese
ya no vería nada.


Tienes suerte si no te arrastro conmigo.

Ya te digo,
es mi pasatiempo favorito:
destruir vidas,
tirarlas al fuego
y verlas arder
poco a poco
como si no hubiese nada más allá
en esta muerte de primaveras
que se marcharon para no volver.

Mira el firmamento como llora,
el infinito solo se desangra,
sacraliza lo mundano,
inmundicia de lo sagrado.

Es complejo...
todo demasiado complejo...
como para comprenderlo.

Por eso por este instante solo avanza
y ya luego
cuando el fumador te mire
solo sonríe
con mil heridas en el rostro
y cicatrices en el alma
puede que si te destruyes a ti mismo
no causes más mal.

Solo eso sería el descanso.

Solo la muerte será el descanso.


Construí poemas
hasta que el devenir
pasó de largo
y ardimos
hasta consumirnos
a nosotros mismos
demasiado rápido.


Solamente... demasiado rápido...
supimos que nos habíamos pasado
follando sobre nuestra tumba
mucho antes de habernos encontrado.

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