como en un vaso sin fondo
la cerveza que corre
y yo que con tan poco me ahogo.
Pude lamerme los miedos,
pero no significa que no sigan por dentro
solo intento ser digno acierto
y el mundo en mis manos
y el viento en mi pecho.
Intenta comprender este cuento
y en la madrugada
tu cuello en mi aliento
y la almohada que muerdo
como si el instante fuese eterno.
Cualquier plan es bueno si es contigo
y abrir las alas
y follar duro y follar con cariño
y abrirnos,
cuidarnos,
sentirnos.
Y mira que me repito,
pero que importante
es hacer de este refugio puro cobijo
y abrigo en las noches de invierno
cuando nos perdemos
y ya no vemos salida
para este poema que seremos.
Somos puro canto poligonero
y vivimos con clase
y con mucho instinto
y nos lanzamos al vacío
porque jugamos apostando
pisando a fondo
para quitarnos el tedio.
No pises el freno
si no hay destino
basta con llegar a algún sitio
y ya haremos de ese lugar hogar
si es tu cuerpo con el mío.
Y a veces soy conflictivo,
cobarde, vidrio
miradas rotas
y lágrimas de acero,
pero camino por no perderme a mí mismo
entre las farolas que ya no arden
en este infinito efímero.
Nena, yo por ti tiendo a derribar imperios,
ver arder ciudades para apagar mi infierno
solo en el mar como el fuego
consumiendo
el instante entre tus labios y mi pecho
locura embriagadora
como si quemásemos el centro medo.
Ya no hay miedo
cuando arde en mi alma la llamada del destino.
Y vivo en un desierto incierto
los faros ya no me iluminan
y el sudor me hace de abrigo
cuando estallo en todos los sentidos
y no hay camino
cuando el horizonte se me queda pequeño, cariño.
Ya no hay miedo
cuando arde en mi alma la llamada del destino.
Y no hay más camino
que el que abro
cuando todo lo derribo,
cuando consumo el frío
cuando callo al grito que llevo conmigo
cuando me pierdo entre tus curvas
como en un mar sin ríos
abriendo cielos
entre las alas de mi pecho extasiado ardiendo.
Embriagado
consumiendo imperios
por seguir contigo.
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