viernes, 5 de mayo de 2023

Sin rastro entre los pasos de ceniza

Laberintos de soledad recorren nuestras vidas. 
Buscamos encontrar las respuestas a cómo engañar a nuestros demonios, y en el fondo estamos solos, 
condenados a querer a alguien sin salvación.
Solo recordamos lo que nunca sucedió.

Tras de nosotros no hay más que el vacío. Frío. Sin explicación.
El demonio destructor que nos obsesiona. La nada tras la oscuridad.

Calles de cenizas que se resquebrajan bajo cielos de escarlata,
la vida que se apaga,
inerte,
por los rincones de esta ciudad en ruinas
que se olvida de nosotros y de nuestros pasos.

¿Quiénes éramos?

Si acaso habitantes olvidados sin rumbo y desnortados.

Me sentía terriblemente cansado. Quería rendirme y no sabía a qué.

Solo creemos que nuestro destino es engañar a la muerte antes de que ella nos engañe a nosotros.

Durante años he huido sin saber de qué.

Creí que, si corría más que el horizonte, las sombras del pasado se apartarían de mi camino.


Ahora sé que no hay salida,
y que solo estamos condenamos a vivir lo ocurrido,
una y otra vez.

Mientras tanto la ciudad se desangra en palabras huecas, vacías, cargadas de desmemoria.
Y el cielo se olvida de nosotros.
Rostros ajenos
en rincones en los que fuimos eternos.

Sucumbimos al tiempo
y ahora habitamos por inercia.

Pronto pereceremos.


No sabemos a dónde iremos 
¿Cómo vamos a llegar a alguna parte así?


En la luz oscura
yo te vi, al fin.

No hay comentarios:

Publicar un comentario