Expulsado de este cielo
de alas destrozadas
me abro la mirada
caminando en la mañana,
busco respuestas en la noche
respuestas que no me hablan
y pierdo más apuestas con el destino
que los senderos ya de mí se han reído.
¿Qué frío
qué suerte retiro
qué loco salvaje y huido
puedo llegar a ser?
Si celebramos que hay calma
ya nada me reclama
retorno suicida
que todos queremos
salto sin mirar
en paz sin callar
sin lograr conciliar
el tiempo que entre las manos se me escapa
se pasa,
la vida de largo
y relajo
a los sueños que vuelan alto
para comprender
que todo es tierra bajo ola,
la fuerza de la caliza no me abandona
soporto los miedos rotos
porque alguien tiene que preocuparse
de lo que nadie quiere preocuparse
y así
caído y distante
echo a caminar
buscando arreglar
todo lo que hay que arreglar,
encontrando el lugar
de todo lo que ha perdido su lugar,
logrando alcanzar
la eternidad
que tanto anhelo tocar.
Para no caer en el triste vacío
que deja a su paso el olvido
de todo lo que la muerte ha cosechado,
recogido.
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