Hemos recitado tantos sueños
que nos vimos las manos sangrando
y comprendimos
este mundo de miedos heridos,
gritando a los cuatro vientos,
que dejemos ya las penas
para vencer este desgaste,
no me reces en el altar
que ya vi tus ojos
y entendí lo que vería más allá.
que nos vimos las manos sangrando
y comprendimos
este mundo de miedos heridos,
gritando a los cuatro vientos,
que dejemos ya las penas
para vencer este desgaste,
no me reces en el altar
que ya vi tus ojos
y entendí lo que vería más allá.
Adiós a la gloria y a la paz,
salta cuando debas saltar,
no mires demasiado atrás
o tus demonios te cogerán
sin llegar a entender
que habrá al otro lado de este cristal,
veo mi rostro de ojeras,
noches en vela,
pesadillas de desgaste,
vida como tierra quemada,
arrasando a tu paso
para que no me alcancen tus manos,
tengo el cora bajo llave,
acero frío, sangre sin tiro,
despido mi alivio
deseando no volver
a esos desastres
que en la última noche vi arder.
No temas, al final, siempre descansarás,
no temas, si total, podrás olvidar.
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