martes, 9 de noviembre de 2021

Viájame de aquí

Estamos atascados en el ayer.
Día Sexto - Cerveza con limón (Ebrio)



Y estoy aquí otra vez frente al papel
frente al continuo intento de dar más de lo que soy,
de sucumbir al dolor,
de quitarme el dolor,
de desenfundar el revolver de mi tenue consolación.

Y ya ves!
que nada ha cambiado
que solo sigo escribiendo
triste, solo y desnortado
como si pudiera comprender el qué ha pasado,
como si pudiera fingir que todo lo he olvidado.

Y ya ves!
que solo me quedan retales de este baile,
de este inerte movimiento de títeres de calle,
que se callen
los locos innombrables
y que hagan por mí
lo que nadie se ha atrevido a hacer antes.

Y me escribo!
porque solo soy yo el testigo
de mi sucio dolor,
de mi patético baile enloquecedor
en el que solo me precipito a la perdición.

Y me escribo!
porque es lo único que sé hacer amigo
para soportar el pecho abierto
que tengo por dentro
que me sangra en blanco y negro
que me atormenta los recuerdos
que se ríe de mí
por ser este pobre inocente incierto.

Y escribo
porque no me queda otra cosa
que solapar el torbellino de mi mente
en versos sin prosa,
en rimas que acosan,
en suburbios de mala muerte
en los que habita mi mente rota.

Y ya no quiero seguir con esta desolación,
son ya demasiados meses
rompiendo mi alma, mi cabeza y mi corazón,
meses de cuentarreloj, de contrarreloj, de súplica de aferrarme a cualquier atisbo que calme mi sinrazón.

Y ya no tengo más oportunidades,
las cartas se repartieron
y se olvidaron de mí en este baile,
y solo busco comprender
el por qué me torturo sin razón,
y solo busco comprender
el por qué no me perdono
y no me creo que tengo derecho a ser feliz, a ser alguien.

Y es que estamos estancados en este bucle sin final,
en dar vueltas como tristes locos
que no saben ir más allá,
en la ansiedad,
en la patética verdad,
en el rastro de miserias
que voy dejando atrás.

Y caminar
por fortalezas francesas,
y caminar
por anestesias inciertas,
y caminar
por encontrar vida
en esta desidia y pereza,
y caminar
por no acabar con la cabeza muerta y hueca.


Y es que solo necesito huir
y encontrar el sendero que yo mismo perdí,
y reencontrarme con las amigas que descubrí,
y bailar aquí, y reír allí,
y vivir con prisas y arder el tiempo
que las separa a kilómetros de mí,
y sonreír,
y sonreír,
y sentarme de nuevo frente al mar
para volar y en libertad ser feliz.




Viájame de aquí.

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