jueves, 1 de junio de 2023

Somos causalidad atlántica

El Atlántico es un estado de ánimo,
una meta vital,
un horizonte,
es la fina línea que se abre entre los sueños y la realidad,
es el camino hacia el futuro 
que se suspende indefinidamente en un presente que se extiende
sin final.

Quizás viajar sea aprender a vivir el instante.

Comprender
que el aroma a Atlántico
debe ser una constante,
un soplo de brisa en el alma,
un brillo reluciente
y luminoso
en la mirada,
una pulsión existencial
que nos precipita a lanzarnos a lo inexplorado,
a lo desconocido.

Somos resultado mismo del océano infinito.

Allí
donde el mar calmo,
salvaje
y embravecido
nos mece suavemente
sumiéndonos en un sueño infinito.

Necesitamos ir más allá,
siempre más allá.

Donde nadie se haya atrevido a ir antes.

Quizás por eso
el Atlántico nos define
más que cualquier otra palabra.

Un sentimiento apasionado
y confuso
que nos embarga.

El camino del soñador que lucha hasta que todo lo alcanza.

Pues quizás sea eso todo:

Viajar, viajar siempre con el Atlántico en el alma.

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