domingo, 10 de febrero de 2019

Ecos del mar vacío

Perseguimos fantasmas por buscarnos a nosotros mismos
y no fuimos conscientes de que ya no estábamos donde estuvimos,
huimos
hacia donde quiera que el tiempo nos lleva
y sin darnos cuenta
tropezamos con la realidad
y supimos que ya no habría margen para mucho más.

Le echamos una guerra al tiempo
y todo se fue entornando,
la vida como un folio en blanco
y la tinta como toda la oscuridad que nos traga.

Le echamos una guerra al miedo
y todo se fue borrando,
la vida como un lienzo que rasgamos
y la desidia como toda las prisas que escupimos al soñar.

Zafamos el camino
por no saber elegir la bifurcación
y la tormenta ya llega cubriendo todo,
el cielo está más negro que el fondo de un pozo
y todo mi arrojo se fue
sin saber ya cómo volver.

Traté de saltar por encima de todos los obstáculos
y las vallas no te derriban cuando lo intentas,
solo los vasos vacíos pueden supurar destinos
y mientras tanto existen respuestas que el hombre no es capaz de encontrar,
que no es capaz de encontrar.

Le echamos una guerra al tiempo
y todo se fue entornando,
la vida como un folio en blanco
y la tinta como toda la oscuridad que nos traga.

Le echamos una guerra al miedo
y todo se fue borrando,
la vida como un lienzo que rasgamos
y la desidia como toda las prisas que escupimos al soñar.

Las tumbas sin nombre solo son lápidas esperándonos,
cenizas que se lleva el viento,
sonrisas de tristeza que atrapar con los dedos
para escribirlas en libretas que dejamos en algún rincón olvidado.

Podríamos fingir que nunca caímos,
y no hay paz para los malvados,
podríamos atinar a vivir,
pero las llamas ya se están apagando,
solo quedan las cálidas brasas
que nos ahogarán durmiendo las madrugadas.

No tengo miedo a las ruinas,
pero los cementerios se caen a pedazos
entre negros nubarrones que cubren nuestros ciegos
punto de fuga hacia ninguna parte.

Perdidos no hay a dónde ir.

Podría haber controlado los pasos,
sin saber muy bien el por qué.
Podría haber tropezado demasiado,
sin lograr comprender dónde perdí las ganas de beber de este vaso.

Le echamos una guerra al tiempo
y todo se fue entornando,
la vida como un folio en blanco
y la tinta como toda la oscuridad que nos traga.

Le echamos una guerra al miedo
y todo se fue borrando,
la vida como un lienzo que rasgamos
y la desidia como toda las prisas que escupimos al soñar.

Podría haber tropezado demasiado,
y aún así sin saber muy bien por qué,
no haber controlado mis pasos.

Le echamos una guerra al tiempo
y todo se fue entornando,
la vida como un folio en blanco
y la tinta como toda la oscuridad que nos traga.

Le echamos una guerra al miedo
y todo se fue borrando,
la vida como un lienzo que rasgamos
y la desidia como toda las prisas que escupimos al soñar.

Perseguimos fantasmas para encontrarnos a nosotros mismos.

En este negro vacío
mientras el Orzán brama bien lejos,
y el vendaval ya se ha levantado.

Perseguimos fantasmas para encontrarnos a nosotros mismos.

No quiero caer
en el mismo lugar otra vez
¿Cómo hallar la calma
sin volverme a perder?

Le echamos una guerra al tiempo
y todo se fue entornando,
la vida como un folio en blanco
y la tinta como toda la oscuridad que nos traga.

Le echamos una guerra al miedo
y todo se fue borrando,
la vida como un lienzo que rasgamos
y la desidia como toda las prisas que escupimos al soñar.

No hay comentarios:

Publicar un comentario