En esta negra noche
la sombra lo cubre todo
y no queda suerte ni fortuna
para la oscura hora de mi muerte.
La piel yace inerte
y la mente sin cabeza,
el hambre se revuelve
y la sed de sangre desgrana la certeza.
Sucumbo al tortuoso camino,
Sino sin entereza,
larga caída impertérrita,
el punto de fuga se despereza.
No sé el por qué
todo gira
como un vendaval
ya llegará la tortura que nos cobija.
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