sábado, 27 de julio de 2019

Este mundo duele

Yo también he sufrido la soledad de este mundo
el vacío que se abre ante mí
cuando no sé qué hacer
a dónde ir
por que camino tirar para llegar
a alguna parte.

Yo también lloré ante la muerte
y ella impasible
me arrebató todo lo que quería,
y de paso también los sueños
las esperanzas
y las ganas de vivir.

Yo también me odié por mi forma de ser
escupí sobre mi cuerpo
azoté en la noche mi mente
me desgarré los brazos y el alma
y tras todo eso
seguí odiándome
          todavía más.

Que no te dé vergüenza llorar, sufrir, odiarte,
no eres la única persona que está igual de rota que yo,
ni la primera
ni la última
que somos pedazos a trozos
de infancias truncadas
de adolescencias perdidas
de juventudes hundidas
ante el caos de un mundo
que nos trata como fichas
de un dominó que se derriba
derrumbando toda posibilidad de ser feliz.

Que no te dé vergüenza esconderte en cama
deseando  nunca salir
ahí afuera hay monstruos
que yo lo sé
que yo los vi
y vienen directos a por nosotros
se alimentan de sonrisas,
de luz,
de vida,
como una araña gigante de diez patas
nueve ojos
y ocho pinzas
siete o seis alas
cinco cabezas
cuatro bocas
tres caparazones
y dos pares de hileras de dientes,
lo devoran todo a su paso
y al final
solo queda un cuerpo inerte en cama
triste,
con depresión, ansiedad,
y cero ganas de vivir
y menos de salir ahí afuera a luchar.

Yo también he sufrido y llorado en soledad,
que nada de eso te dé vergüenza
que solo te arrepientas de pensar
que la culpa es tuya y de nadie más
porque
escucha esto que te digo
la culpa es de este mundo injusto
que nos quiere alejar de los demás.

¿Recuerdas esas frases de los dibus de cuando éramos chiquitos?
solos somos frágiles y vulnerables,
unidos somos fuertes e invencibles.

Ahí hay más verdad que en toda su publicidad.

Escucha que te digo, que yo he llorado y sufrido:
Somos únicos y especiales
y todos juntos:
libres, felices, inmortales.

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