es lo único que pienso
cuando me busco
y no me encuentro.
Como si pudiera sonreír ante mis miedos,
plantarles cara,
saltar lo más alto que puedo,
bloquear todo
y evitar cualquier finta
que mis sueños me hayan hecho.
Yo soy yo,
y mis sueños, mis sueños.
Y los dos somos
un cuento,
un viaje,
un instante ardiendo.
¿Hasta dónde me llevará el tiempo
antes de permitirme
comprender lo que deseo?
Y es que ya lo he dicho:
Me necesito más de lo que pensaba,
eso es todo,
eso es cierto.
Todo lo demás,
simplemente pasajero.
Libre,
como el Atlántico en el horizonte eterno.
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