miércoles, 16 de noviembre de 2022

Banyoles

Laberintos de piedra recorremos
en busca de respuestas que no tenemos
como solitarios viajeros
llevando por mochila
demasiados recuerdos,
ristras de sueños,
puñados de caminos que nos quieren conducir más lejos
de lo que materialmente somos capaces.

No conocemos las preguntas,
eso no evita que lo intentemos,
quizás por misteriosa ciencia infusa
tropezamos con lo que queremos.

Sin que supiéramos de dónde partíamos y a dónde queríamos llegar.

¿Quiénes somos?

Pobres locos soñadores por necesidad,
incapaces de hallar descanso
en esta turbulenta paz social en la que todo está continuamente a punto de explotar.

Basta una cerilla
y arderemos
efímeros
como los besos que eternos se dan frente al mar.

Solo camina,
bajo el eco de tus pasos,
y puede que logres topar lo que encuentras en las preguntas que no eres capaz de formular.

Pobre títere
que quiso cortarse las cuerdas,
llévame a dónde sea,
pero llévame,
no me dejes perder el norte en este laberinto de destiempos.

* * *

Encontré refugio entre estas piedras,
quizás sea cosa de la historia,
quizás sea cosa de que ya no te acuerdas.

Pero yo fui a un muelle
sobre un lago
en blanco y negro
y te vi chapoteando
con las piernas colgando
como si todo el olvido fuera
ese instante
y supieses que siempre
siempre
habría poesía
llamando a este mundo
para resistir
recordando yo por los dos.

Niña de la mirada siempre radiante.



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