domingo, 24 de noviembre de 2019

Desangrándome

Que dolor en lo más hondo de este río de tristeza que llega al mar, ¿dónde quedarán los pasos perdidos, los sueños caídos, las esperanzas rotas? Caminar hacia adelante, caminar hacia atrás. Tenues callejones de un lugar sin salida. Tras caer, caería, más y más, y solo así podemos alcanzar la vacua eternidad del sortilegio del silencio.
Soledad.
Rota y vacía soledad.
Nos adentramos a lo desconocido y ahora las dudas atenazan. Ahora más que nunca. Por saber si el siguiente paso será el correcto. O solo queda perecer bajo una tormenta de intempestivas dudas que acuchillan la mente humana.
¿Por qué? Preguntan mil voces. Y no hay más respuesta que tratar de ser feliz, que tratar de ser libre siendo uno mismo.
¿Está bien? Mil estridentes voces, de nuevo. No lo sé, no lo sé, sinceramente no lo sé. Pero... ¿se puede seguir estando mal?
¿Y ahora?
Que gran pregunta. No me alegra que me la hagas. No sabría responder.
Solo me queda aporrear el teclado, buscando respuestas donde no existen. Borrando caminos donde ya no quedan indicaciones. Torciendo a izquierda o derecha en la próxima bifurcación, y rezar por no equivocarme y hacer lo correcto. Cuando no existe camino correcto. Solo dolor.

¿Qué hacer?
Preguntan.

¿Qué hacer?
Preguntan.

No lo sé.

* * *

Solo hay dolor.

No hay comentarios:

Publicar un comentario