lunes, 14 de junio de 2021

Desgarrando instantes para no vivir más

Ríos de sangre
llueven en saetas
destilando incendios
que se apagan
con el frío del alma,
el vacío
como una espesa niebla
lo cubre todo
y entre los senderos que perdimos
solo queda mierda,
dolor
y lodo.

Los mares lloran
como negra tormenta
que araña el cielo
en desgarradoras cuchilladas
que iluminan nuestros demonios,
podrás entrar
pero no salir,
cuando el laberinto se acabe
ya no habrá camino de vuelta.

La muerte lo invade todo
con su silenciosa cadencia
y solo la sombra
nos susurra
que ya nada
de lo que teníamos
vale ahora la pena.

Yo me dejo llevar,
navegando contra viento y marea
solo naufragué,
mejor descansar
inerte
en el fondo del mar
por poder
olvidarme
para jamás y siempre
del insoportable sufrimiento 
que habita en lo más infernal de mi ser.

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