martes, 29 de junio de 2021

Destruirse...

Lo difícil es destruirse a uno mismo para reconstruirse de nuevo.


Yo antes era esta persona, que me atrevía a soñar, a romperme a mi mismo, que me atrevía al desafío de reconstruirme mejor. Y ahora solo soy un manojo de inseguridades, miedos y dolor. Un despojo en vida.

¿Cómo pasó?

En realidad, lo sé. Aunque ya no haya vuelta a atrás.

Solo quiero llorar.

Y destruirme.

Para no volver a resucitar nunca más.


Lo difícil es destruirse a uno mismo para reconstruirse de nuevo.

Yo antes era esa persona. ¿Y ahora? Ahora ya no soy nada.

Me perdí. Me perdí para siempre en el dolor. Y ahora ya no hay salvación.

Solo la eterna lluvia del infierno
cayendo sobre mi rostro
bañado en lágrimas de fuego.

Ya no hay luz entre el vacío
ni tinieblas entre el infinito,
la inmensidad ha pasado de largo
y la eternidad se ha muerto
en un rincón
llorando
porque jamás volverá.

-Solo duerme,
duerme y podrás descansar.-
Me digo
sin ser capaz de ir un paso más allá.

-Solo duerme,
y podrás olvidar.-

Para siempre, me digo.


Lo difícil es destruirse a uno mismo...
cuando ya no quedan motivos para vivir,
que difícil es...
cuando ya no tiene sentido volverse a reconstruir.


Es difícil,

muy difícil

vivir.

Y yo,
sé de sobra
que sin ti
no podré.


Solo olvídame
y podré
no seguir.

Solo olvídame
y sigue adelante
sin mí.





Ya no quiero ser feliz.

No hay comentarios:

Publicar un comentario