Solo encontrar la calma que busco
y no volverla a perder.
Tremenda Jauría
Estoy en paz ahora mismo,
por fin
después de un mes.
No sé qué pasará con el futuro,
pero ahora mismo
no me genera ansiedad.
Estoy respirando el anochecer en Le Mans
mientras el corazón me palpita tranquilo
y la cabeza me brinda un descanso.
Espero que sea largo
este descanso,
lo necesito.
Solo encontrar la calma que busco
y no volverla a perder,
es eso lo que quiero.
Poder volver a ser yo mismo,
poder volver a encontrarme,
a quererme
y a cuidarme.
Hoy creo que lo he conseguido.
Hoy me he respetado,
me he querido
y me he cuidado.
Me he escuchado a mí mismo
y he actuado como debía.
Por eso he hallado,
al fin,
la paz.
Maite siempre está ahí
cuando uno necesita hablar,
es de esas amigas
que le dices que es urgente
y está ya preparando la hora, el día, las pipas y el lugar.
No ha podido haber pipas hoy, ni sol sobre la hierba,
pero no pasa nada
porque durante dos horas he podido liberarme
de todos mis demonios
y respirar un poco más tranquilo
sin tanto
tanto
peso
en mi mochila.
A veces pesa la espalda cuando todo el infierno
está sobre tus hombros.
Es mucha responsabilidad dirigir bien ese purgatorio en llamas.
Pero siempre habrá alguien que te pueda ayudar.
Y así,
durante unas horas
pude respirar
y afrontar
la siguiente conversación
con calma,
tacto,
futuro
y asertividad.
Porque construir es cosa de dos
y tender puentes también,
y puntos de encuentro
y senderos juntos
y caminos,
porque al final en esta vida
lo que importa es el camino
y con quien lo recorremos.
Y yo a mi lado tengo mucha gente bonita
que siempre está dispuesta a cuidarme
cuando yo solo no puedo.
Tengo suerte,
tengo mucha suerte
y por eso estoy contento.
Respiro el anochecer en Le Mans
y por fin siento descanso
por fin siento paz.
Y espero,
solo espero
-si no se puede no pasará nada,
no me ganará el ansiedad-
que pueda por fin
volver a soñar
con un futuro de libertad.
Siempre al lado de Tav.
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