A veces temo perderme,
en cambio muchas veces
temo ya haberme perdido.
En ocasiones me permito escuchar
y mi pecho pide libertad,
mis alas piden poesía
y los días sonrisas
para curar mis heridas y volar.
Siempre hay salida,
solo tenemos que aprender a leer nuestras cicatrices.
Solo dale la mano
a quien se ofrece a ayudarte,
si a pesar de todo están ahí
es porque te lo mereces.
No dudes más,
sonríe
y permítete intentar levantarte.
Si aún te quedan sonrisas,
lúcelas;
si no te queda ni luz,
solo piensa en cómo te gustaría brillar.
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