el irremediable fin,
el saber que solo eres un tonto más de la lista
y que no sabes de nuevo cómo sobrevivir.
Te has perdido
y ahora no sabes salir,
te has hundido
y ahora solo puedes sucumbir.
El atenazante dolor que te paraliza,
que te asfixia,
que te quita las sonrisas
y te sumerge en la inmundicia
del lodo,
del fondo,
de lo más hondo
de esta miseria de vida.
A fin de cuentas,
solo te queda vivir esperando la caída.
Y todos sabemos que está a la vuelta de la esquina.
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