martes, 18 de enero de 2022

Amistades

Llevo en mi mirada más amistades que caminos de vuelta,
muchas quedaron atrás,
otras eran de paso,
estaban ahí un rato, lo suficiente para enseñarte, cuidarte, arreglaros juntos
y seguir de largo
porque ese tiempo había pasado,
se había acabado.

También hubo muchas amistades de autopista:
Intensas,
muy intensas,
de amistad a flor de piel,
cervezas en la mano,
confesiones nocturnas,
mucho deseo de comeros a besos el mundo,
y una vez acabado ese refugio, ese cobijo,
tomar la primera salida,
despidiéndoos rápido con la mano
y con muchos abrazos,
para seguir cada uno
recorriendo su vida
haciendo promesas de reencontraros.

Muchas veces no pasa.

Otras muchas sí.

En Toledo os viví.

Y no cambiaría ni una sola palabra al deciros: os quiero.





También hay amistades
de esas
que se quedan,
que se cuidan,
se miman,
se hablan,
se esperan.

Amistades de esas que cuentas con los dedos
porque no te caben su amor en las manos.
Amistades que procuras frotarte los ojos
para creerte que no sueñas,
que intentas pellizcar
para darte cuenta
de que has ganado más
de lo que nunca jamás podrías esperar.

Amistades
que representan la felicidad,
abrazos que son paz,
caricias que son refugio,
te quieros que son hogar.

Amistades de esas
son de las que quiero todo el tiempo del mundo
para poderlas vivir, sentir y disfrutar.

AMISTADES, en mayúsculas, a pecho abierto,
esta es mi única verdad.

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