ni personas,
ni razones...
Cuando todo te deja atrás,
levantarte
cuesta esfuerzos,
cuidarte
pesa días,
comer
es la peor de las rutinas...
Cuando no sabes ya
cómo encontrar la salida,
cómo gritar que querrías
auxilio para sobrevivir a la vida,
Cuando no sabes ya
cuál es la próxima oportunidad
que tendrías...
Quizás
es que es ya demasiado tarde
para poner soluciones
a los descalabros
que suponen
tus caídas.
Quizás
el lodo, el fango, la arena,
las sonrisas...
ya no pueden soportar
el peso de tus ruinas.
Quizás
va siendo hora
de hundirse
para calmar tus cicatrices,
tus sufrimientos, tus heridas.
Solo así,
quizás,
quede espacio
para resucitar tu poesía.
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