a esos pedazos que se caen,
ya lo sé,
ya lo sé,
es cosa mía,
yo ya lo sé,
y el tiempo avanza
y no pasa nada
y todo cambia
y me levanto de la vida
y cada mañana
pienso en por qué no me quedaría en cama
y yo lo sé,
yo lo sé,
que al momento encuentro algún motivo para ser
y querer
y tener
todo lo que me proponga
en las noches
que la luna
me revela los restos de poesías
que quedaron en las esquinas
cuando todo lo demás fueron ruinas
y yo solo creía
que tú me salvarías
en lugar de dejarme caer.
Tú me recuerdas en mis sueños
que el daño ya está hecho
que solo yo puedo creer
en que puedo sanar sin perecer
y no sé,
y no sé,
cómo lo haré,
solo sé,
solo sé,
que lo intento una y otra vez.
Tú me recuerdas a mis sueños
cuando me sonreía por tenernos,
cuando me reía de los obstáculos de la vida
y ahora me siento a escribir
buscando respuestas,
buscando palabras
que me curen el alma,
buscando plasmar el reflejo que devuelve mi mirada
cuando la poesía de la salvación me salva;
y son mis palabras
y son mis amigas
y son mis esperanzas
y son mis ganas de vivir a prisas,
de comerme la vida,
de disfrutarme en esta sonrisa
que me arrancan las victorias de mis días.
Solo mira,
solo mira,
yo me recuerdo a mis sueños
en que la poesía me da alas
y echo a volar como si nada ni nadie me parara.
Solo salta,
solo salta,
y deja que el horizonte atesore mis ganas.
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