martes, 27 de octubre de 2015

Libertad, amor

A mí mientras me des mimos...

Era una noche fría de octubre, pero a su lado el calor humano se hacía mucho más intenso, como una fogata en medio de la estancia que caldease todo el cuarto. Hacía frío, sí, pero a su lado todo se pasaba mucho mejor, abrazándonos, hablando, diciéndonos cuánto nos queríamos, pero también hablando de amores platónicos y fantasías... ¿Debían seguir siendo fantasías?

A mi mientras te sigas liando conmigo...

Era una noche fría de octubre, pero en sus labios se almacenaba toda la energía del universo, el calor de toda una vida contenida en un cálido y reconfortante beso, fundiéndonos como si no hubiese mañana, como si sólo nos quedase la otra persona para llegar vivos al día siguiente. Nos susurrábamos sueños, alegrías y victorias, nos arrullábamos con pesadillas, penas y derrotas; pero nos teníamos la una a la otra, siempre la una a la otra; pero ¿si discutíamos? Si algo de nuestra relación nos preocupaba... ¿con quién compartirlo? Sí, tenemos amistades, pero aun así... quizás en otros brazos los problemas también se ahuyentasen, quizás en otros labios el calor humano también se pudiese transmitir con esa facilidad pasmosa que ocurre entre personas químicamente afines. ¿Por qué sólo poder evadirme con mi pareja?

A mí mientras follemos...

Era una noche fría de octubre, pero en su cuerpo todo era muy diferente... No voy a relatar lo que ocurrió porque todos hemos visto películas para adultos, sólo diré que era algo hermoso e intenso porque ambos se querían, aunque a veces uno de los dos pensaba en otras personas, no siempre el mismo, se alternaban, pero no de forma premeditada, como es obvio. Se querían, sí, pero... ¿por qué limitar el placer de sus cuerpos a su pareja? ¿por qué no poder compartir su intimidad con terceros?

Algo no funcionaba, estaba claro, y ambos eran conscientes: No eran libres. Estaban restringidas por la persona a la que más querían, y esa restricción les estaba asfixiando lentamente.

Era una fría noche de octubre cuando lograron por fin abrir las alas.

Era una fría noche de octubre...

pero a partir de ese momento todo fue mucho más cálido.


"A mí mientras me des mimos, te sigas liando conmigo y follemos...
fóllate a quien te de la gana.
Bases de una relación abierta."

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