lunes, 9 de abril de 2018

Destintando mi sangre por la historia del tiempo

Entre vueltas y arquitrabes
levanté templos y catedrales
suburbios de calles,
sucios portales,
bailes casuales al calor de tus caricias barriales.

Como un llanto de indiferencia,
levanté pasiones y conciencias,
mentes despiertas,
oníricas salidas sin camino de vuelta,
retornables pesadillas que encierran las cuentas.

Abre la libreta y saca un lápiz,
dibújame con esa sonrisa que solo tú sabes,
enamórame a instantes,
hechízame ágil saeta,
no solo las nubes de tormenta nos empaparán, en esta caleta.

Destruí ciudades y levanté imperios
entre la niebla de los tormentos
percibí cantos de muertos
y sin saber cómo hacerlo
me lancé a verlos-vencerlos por mis propios medios.

Qué espero
de tantos miedos,
qué soporto
de tanto tedio.

Solapé inmensidades,
aceché arrabales
y caminé entre vendabales
de sueños inciertos como cuentos de enfermos,
y así pude percibir el tierno aliento de tu cuerpo certero.

A trizas atiza
la vida sin prisa
supuse justicia
y solo pinté delicias en tu risa.

Entre recuentos e inviernos
azucé azucenas de estivales recuerdos
y rehice mosaicos y desdije vidrieras
y sin saber siquiera dónde vivían las ideas
forjé libertades de verdades            allanadas de llamas triunfantes             por ver tu mirada radiante

En este informe baile de Arte mis a raudales,
cazando mi corazón con fechas salvajes.

No hay comentarios:

Publicar un comentario