levanté templos y catedrales
suburbios de calles,
sucios portales,
bailes casuales al calor de tus caricias barriales.
Como un llanto de indiferencia,
levanté pasiones y conciencias,
mentes despiertas,
oníricas salidas sin camino de vuelta,
retornables pesadillas que encierran las cuentas.
Abre la libreta y saca un lápiz,
dibújame con esa sonrisa que solo tú sabes,
enamórame a instantes,
hechízame ágil saeta,
no solo las nubes de tormenta nos empaparán, en esta caleta.
Destruí ciudades y levanté imperios
entre la niebla de los tormentos
percibí cantos de muertos
y sin saber cómo hacerlo
me lancé a verlos-vencerlos por mis propios medios.
Qué espero
de tantos miedos,
qué soporto
de tanto tedio.
Solapé inmensidades,
aceché arrabales
y caminé entre vendabales
de sueños inciertos como cuentos de enfermos,
y así pude percibir el tierno aliento de tu cuerpo certero.
A trizas atiza
la vida sin prisa
supuse justicia
y solo pinté delicias en tu risa.
Entre recuentos e inviernos
azucé azucenas de estivales recuerdos
y rehice mosaicos y desdije vidrieras
y sin saber siquiera dónde vivían las ideas
forjé libertades de verdades allanadas de llamas triunfantes por ver tu mirada radiante
En este informe baile de Arte mis a raudales,
cazando mi corazón con fechas salvajes.
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