viernes, 13 de abril de 2018

Racionalizando lo irracionalmente hermoso

La suerte no existe,
si acaso el azar
y las probabilidades
y qué probabilidades había de toparnos
en este vasto mundo?
Dime,
qué casualidad habría de una entre millones
de conjugar a tu alma invernal y tu mirada de primavera
con mi mirada glacial y mi alma veraniega?
Dime,
cuál es el azar, el número de probabilidades, la suerte de la mala suerte que no existe
más allá de nuestra mente?
Dime,
cuál es?
No lo sé,
ni creo que nos importe ni nos interese,
pero vaya no suerte la nuestra
de poder tener la oportunidad de construir un futuro a partir de un martes 13.

Si eso no es mágico, ni bonito,
entonces qué es?
Qué alguien venga y me lo demuestre.


Y qué cambia?
Qué hay de diferente?
Si solo somos dos mentes intentando luchar contra lo que venga, a contracorriente.

Y a dónde vamos?
Dónde está el camino evidente?
Si solo somos dos corazones abriéndose paso entre la maraña de obstáculos que vienen.


Somos fuerza,
somos apoyo y testarudez valiente,
somos calor en este frío mundo,
somos la razón de todos los martes 13.

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