miércoles, 17 de abril de 2019

Te has ido y Lisboa reverbera a ti

Te has ido
y ahora solo me queda tu memoria entre las calles de Portugal, como una presencia siempre constante que me recuerda que ya no estás y que la brisa de Lisboa es normal que huela a ti, a ver si así te echo un poco menos de menos, valga la redundancia, pero es que ni echarte de menos al cuadrado es suficiente como para llenar tu ausencia en mi pecho.

Te has ido
y la fina lluvia que trae el cielo desde el mar llora calle abajo al despedirte en la estación de comboios, como esos instantes que quedan grabados para alimentarnos en el tiempo unas semanas más, hasta vernos.

Te has ido
y yo te echo mucho, mucho, de menos frente al ordenador del trabajo, saboreando los dos últimos días, sacando luz a la tristeza que ahora mismo siento. Ojalá detener en cama el tiempo y que los relojes fuesen hacia atrás, cuando todo era tu sonrisa. Ojalá. Para ser un poquito, solo un poco, lo suficiente, más eterno.

Hoy ya no estás
te has ido
y yo siento el frío de tu ausencia
el vacío de tus besos
y el mundo está gris,
triste
y desierto
porque escribo en blanco y negro
para vivir en la luz de tu pecho.

Hoy ya no estás
y yo no soporto tenerte lejos.

Te quiero.

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