En la noche madrugada,
negrura de cristal,
sopesé el aire que quedaba
para poder respirar,
creí ver nieve en la mañana
y copos en el mar,
todavía terminaba
cervezas sin mirar.
Entre espuma de paz
y lágrimas sin final,
soporté espirales turbulentas
cuando esperaba soñar.
Elegí ser rey
de la muerte distante,
sometí tu ley
a tu grito asfixiante.
Sorprendí a tu ser
de calles distantes
aspiré a ver
al futuro astillarse.
Donde hay barco
manda capitán,
yo soy marinero
costumbre de soledad.
Ahora sueño con derrotas
de ventisca infernal,
el mayor desastre fue
lograr gobernar.
Elegí ser rey
de la muerte distante,
sometí tu ley
a tu grito asfixiante.
Sorprendí a tu ser
de calles distantes
aspiré a ver
al futuro astillarse.
Ya no hay pasos
que me lleven más allá,
ya no queda nada
que me invita a volar.
Entre el frío del mundo
escarcha de intimidad,
entre el deshielo astuto
vaya desastre invernal.
Elegí ser rey
de la muerte distante,
sometí tu ley
a tu grito asfixiante.
Sorprendí a tu ser
de calles distantes
aspiré a ver
al futuro astillarse.
vuelve... vuelve... vuelve...
vuelve... vuelve...
vuelve... vuelve... vuelve...
Elegí ser rey
de la muerte distante,
sometí tu ley
a tu grito asfixiante.
Sorprendí a tu ser
de calles distantes
aspiré a ver
al futuro astillarse.
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