La poesía hablando el lenguaje de los cuerpos,
caricias al oído,
miradas a besos,
labios entreabiertos,
instantes eternos
que llevar de mi pecho a tu espalda,
palabras que se llevan la almohada,
sonrisas robadas
en la piel erizada,
el cuerpo firme y el alma bajo las sábanas.
La prisa de consumirnos por momentos,
alargar el tiempo,
hacer inevitable el encuentro
efímera tinta en tus piernas
y los sueños entre tus dedos,
arqueándonos, arquebotándonos,
como contorsionistas sin miedos,
cuerdas ni arcos
que desnudan a mordiscos
lo que a gritos susurramos.
Pintaremos versos,
escribimos lienzos
y cuando roce el horizonte
ven con el viento,
que quiero hacer contigo el arte
que vive en iglesias, museos y templos.
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