la vida,
te anima,
al alcanzar e igualar tu paso sin prisa,
como una suave melodía verde y amarilla que te mece como el mar en calma en el suave y acogedor vaivén de la orilla,
respira,
la brisa te da forma y te acaricia
como una leve tiza que te dibuja hoyuelos en tus mejillas,
agudiza
tu ingenio en este dulce sueño que es el roce de tu ser y que me eriza la piel al ver como nos volvemos a leer sin necesidad de medias tintas ni de papel,
ven,
y compongamos una rima que esquiva a la armonía que te quieren imponer,
ven,
y volvamos a besarnos con el fondo del más bello atardecer:
el que dibujamos tú y yo al volver a ser dos en uno a la vez.
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