Pan recién horneado
olor a infancia
y galletas, y galletas sobre la mesa,
mantequilla, tazón de leche,
miradas de sueño
saboreando el instante, el momento.
Campos
y campos
y campos
hasta donde alcanza la vista,
parceladas parcelas que recuerdan el pasado
y el presente vigente de un futuro
que todavía creíamos poder agarrar con las manos.
Noches de estrellas,
sendero de luz que guía el camino
hacia nosotros mismos,
y el frescor
del calor
nocturno
de verano
que entra por la piel
perlando de manto de cielo el mundo sin esperarlo.
Pan recién horneado
aroma a infancia en los labios.
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