Noches grises de autobuses y trenes
el mundo se diluye en una vaporosa neblina
la luna riela al son del viento
y la realidad desteje su manto de fantasía.
Luces despuntan al alba
y la mirada
somnolienta despierta la calma
de saberse adormecida el alma.
Días de trayectos infinitos
jornadas eternas
que atrapar en las rutinarias
faenas de repetición constante.
El trayecto se desplaza incierto
al ton de un mísero momento
en el que contemplar la razón de este juego
que es marchar una y otra vez al trabajo por un sustento.
Noches grises de autobuses y trenes
neblina vaporosa que diluye el mundo
riela el viento al son de la luna
y la fantasía desteje su manto de realidad.
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