lunes, 17 de septiembre de 2018

Túnel de tinieblas

La peor parte de mí es la que se deja vencer por la oscuridad.

Que rápido vendéis la piel
cuando no hay nada que celebrar,
y el mundo da vueltas sin sentido
como una peonza que perdió su equilibrio,
jugando al todo o nada sin suerte
ni azar de azahares
podríamos recorrer corriendo todos los verdes valles,
pero ni aún así alcanzaríamos al destino
que se fugó en el horizonte justo antes de tocarlo con los dedos,
como un arco iris que se ríe de nosotros por siquiera intentar entenderlo.

Tropezamos con las piedras del camino
cruel manto de nubes negras
en tu mirada color mar de fondo.

Supongo,
solo supongo,
que todo este tétrico teatro de títeres
tiene una razón de ser;
por desgracia
me equivoco.

Acierto cuando quiero fallar
fallo cuando quiero acertar,
y cuando quiero querer cuando y
cuando querer quiero
y
y
no queda ya nada.

La peor parte de mí es la que se deja vencer por la oscuridad.

Sí...

Es la peor parte
y la más habitual,
tenue sombra en el castillo de los naipes
atrapando recuerdos para construir un nuevo futuro.

Centelleante luz del atardecer.

Solo queda...

Solo queda seguir y nacer.

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