Entre la cuna de los versos
atesoré un instante eterno
por ver la luz de tus labios
la risa de tu mirada
y la poesía en tus manos.
Salté del cielo al más allá
por sobrepasar la línea de la libertad
y sonreí al sentirme uno
con tus pasos en el camino
con tus sueños de futuro.
Entre la luz del día
y la brisa de la noche
encontré el sur atrapando tu norte
tras filigranas lejanas
de la suerte que no se esconde.
Salté del tiempo
y corrí con el viento
el mar me arrullaba
y la mañana cantaba
mientras todo tu cuerpo la vida me daba.
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