Componemos sueños con los dedos por construir futuros juntos
hablamos de caminos
y los senderos se abren siempre ante nosotros
no sé muy cómo
pero todo está bien, en su sitio, y perfecto,
como las pequeñas cosas que están en su lugar correcto,
como una llave que abre la luna en el tejado del invierno.
El viento levanta nuestros pasos allá donde queremos
y todo gira sin planearlo,
remolino de sueños que se posan suavemente sobre nuestros labios,
los abrazos son el instante eterno que dura una vida juntos
y los pasos del pasillo se escuchan mucho más nítidos cuando estás junto a mí
y eres tú quien marca su ritmo.
Podríamos escribir las paredes de sueños,
de frases,
de futuros que hacer ciertos;
en la sala adornaríamos con cientos de fotografías que marcasen el paso del tiempo
y decenas de posters en la habitación
una docena tuyos
y un par de los míos que no te gustan
como si las paredes susurrasen dónde y cuando queremos estar,
que es aquí
y ahora,
sin estar en ningún otro lugar.
Las tardes de verano tienen ese no sé qué de sol
como un invierno de luna y un otoño revoloteando por senderos llenos de hojas y playas
que se enzarzan en batallas contra viento y marea,
mientras tanto la primavera es dibujar viajes con los dedos
por ver si así logramos perdernos en cualquier lugar
mientras los versos nos acunan al calor de nuestros besos.
¿Qué tendremos que esta vida es mucho más brillante y bonita cuando nos perdemos en nosotros?
Las miradas, los rostros, las caricias, las conversaciones de wassap por sentirnos más cerca del otro.
Y unas buenas noches
y un te amo
y corazón corazón, bandera, berenjena, petauro, mochila, lura y de nuevo lo mismo,
y otra vez corazón.
Dormir contigo es vida
y vivir es sueño,
miro al sol y la luna
y el tiempo se encarga de guiarnos y hacernos nuestros propios pasos
para llegar siempre muy muy lejos,
justo hasta donde la libertad y los sueños
se abrazan en el atardecer para ser siempre nuestros.
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