domingo, 9 de febrero de 2020

Serpientes del sur

Nos protegemos los unos a los otros
mientras arrancamos a tiras nuestra piel;
tratamos de aferrarnos a la realidad
y esta se ríe desmoronándose ante nosotros.

Creímos en nuestros sueños
y solo pudimos caer.

Creímos poder ser algo
y solo fuimos una eterna nada sin final.

En la unidad está la fuerza,
gritamos una y otra vez,
tratando de aprendérnoslo de memoria
y siempre nos perdemos
en un remolino de miedos
que nos hacen tropezar
hasta caer irremediablemente.
No pasa nada,
para eso crecemos,
y nos mudamos la piel,
somos serpientes
¿ves?
lo llevamos tatuado en nuestro ser.

Nos arrastramos cuando intentan pisarnos,
nos defendemos cuando tratan de matarnos,
cogemos fuerza al calor del verano
y después de todo
¿existe algo más mortal y plancentero
que morder e inyectar el veneno?

Nada quedará de ti
tras las arenas del tiempo.

Nadie te recordará
cuando hayamos sobrevivido a nuestro entierro.

Cuidado con nosotros,
nos revolvemos
hasta que alguien sale dañado.

No habrá paz para los malvados.

* * *

En esta oscuridad
que vi
en ti
pude deslizarme
hasta arrancarme la piel.

En el grupo está la unidad,
nos protegemos los unos a los otros.

Y ahora somos supervivientes rotos
dispuestos a destrozarnos la vida a trozos
hasta sobrevivir,
hasta sobrevivir,
hasta sobrevivir y que no quede nada ya aquí.

Más que un desierto del sur
lleno de serpientes
dispuestas siempre a resistir.

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