"Esta historia es para todas las personas un poco dañadas que hay ahí fuera."
Patrick Rothfuss
Escribo
in media res
buscando por todos los rincones
el nombre de las cosas,
su esencia,
su magia,
su identidad.
Confundo
lo incorrecto con lo indebido
y hace que me quede quieto
con todo el mundo temblando
ante el abismo de vacío
que se abre
cuando todo parece salirse de su sitio.
Enfilo
por cientos de oscuros pasillos
que hago míos,
como un hogar aterciopelado
que se convierte en refugio en una noche estival,
mientras que
la noche baña todo
y la luna
me arropa
y me hace soñar contigo,
como un portal a la fantasía
que se abre con una llave que rebosa felicidad,
magia,
y paz.
Mantengo
el universo en equilibrio
con el sumo cuidado
del que sabe que la poesía anda al borde de los equilibrios,
en la suma de tenerte,
de tocarte,
de darte,
todos los tesoros que en mi Subrealidad he ido encontrando a lo largo de los años,
manteniendo el orden
en el caos
para hacer de todo
un lugar mejor,
más bonito,
más tranquilo,
más calma,
más olor a hojas de otoño.
Recito
con la dulzura de un trovador sacándole los colores a su instrumento,
con la suavidad de una manta recién lavada,
con la calidez de una brisa en el atardecer,
con la cercanía de un baile entre los campos en flor;
con la intención
de darle luz y color
a tu sonrisa,
y fuerza y calor
a tu sol.
Esbozo
miradas a través de la distancia,
bocetos de sueños y esperanzas,
esperas,
para hacer todo
de la forma adecuada,
porque yo ahora sí conozco el nombre de la magia.
Sonrío,
como si todo estuviese siempre conmigo,
sonrío,
porque tengo tres regalos para el próximo día que esté contigo:
una luz,
un hogar,
y una llave que te abra las puertas para soñar.
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