Toda la vida dándole vueltas a la rutina cotidiana de cada día
de cada instante perdido en un mundo que nos arruina
en un sistema que nos prohíbe ser libres,
porque ser libres implica felicidad
y la felicidad es la última forma de rebeldía,
hagamos piña
y sigamos adelante defendiendo nuestro derecho a vivir conscientes y sin prisas.
Todo en un ciclo interminable,
en un voltio constante del que no poder salir
como si aquí no hubiese otra forma de existir,
otra forma de sentir,
otra forma de construir
futuro, camino, viaje, porvenir.
Toda la vida buscando a dónde ir,
llegar a dónde el sol sale una y otra vez,
como si la palabra patria no estuviese vacía
y hogar solo es todo lugar donde poder ser feliz.
Todo en un poema en blanco y negro
al que le robaron los colores,
todo en una constante lucha por la libertad,
hagamos sendero entrelazando nuestros dedos,
todos juntos y unidos todos los pueblos,
llegará el momento del mundo hacer arder.
Todas a una,
la marcha continúa;
porque de norte a sur,
de este a oeste,
la lucha crea lazos y alternativas,
cueste lo que cueste,
y la defensa de lo nuestro es la única salida,
porque hemos llegado para recordar y exigir
que no nos pensamos rendir.
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