Hace calor en esta tarde de abril,
tumbado
sobre el improvisado regazo del tejado de un pilón
me dejo bañar por el sol,
como si tú estuvieses aquí
a mi lado dejando relucir tu mirada sobre mí.
El mundo se pierde entre los campos en flor,
y yo
me dejo llevar
por el sentimiento de remanso de paz
que se respira en este lugar que sabe a libertad.
La carretera serpentea
como un sendero que espera
nuevos pasos en pos a nuevas metas,
está limpia
y con una llamada sincera pide que alguien se eche a andar por ella.
El futuro se erige como una recién estrenada era,
supongo que la primavera llega con fuerza
y quiere que las vendas dejen paso a las hojas que el viento balancea
con la alegría de las puras ganas de vivir
dejando huella a modo de sonrisas, poesías y aventuras viajeras.
El cielo me libera
y la luz me invita a verla de cerca,
los versos son mi escena
y las pulseras la calma de seguir por donde yo quiera.
¡Vuela!
¡Que el horizonte nos baña y espera!
No hay comentarios:
Publicar un comentario