miércoles, 26 de abril de 2017

El peso de la noche estrellada

"Copiosos círculos, miles a elegir,
siendo un rebelde sin causa, 
opto por ser Caín."
David Martín Surroca


Caminando por donde la noche nunca avanza
opté por ser un Caín,
un féretro caminante que todo le resbala,
que a la muerte plantó cara,
que la vida le susurró que nunca se escapa
cuando estás maldito y destinado a sufrir tu propia venganza.

Recordando dónde la oscuridad no tiene palabras,
la esperanza se fugó para no tener que morir a cuchilladas,
y yo,
solo sé que no me queda nada,
nada por lo que seguir, respirar, ni tejer corazas,
solo quedan
miles de dinamitadas y descuartizadas miradas
que buscan refugio lejos de mi resquebrajada alma.


Caminando por donde la noche nunca avanza
escapé sin tener por dónde huir,
busqué refugio en mis entrañas
y en una llamarada sin fin me consumí.

Recordando dónde la oscuridad no tiene palabras,
reconstruí un refugio sin mí,
logré restituirme en tiras desgarradas
y entre las brasas me dirigí
a dónde el infierno nunca acaba
a dónde el exilio no tiene fin.


Caminando por donde la noche nunca avanza
logré salir del laberinto sin sombras ni gris,
las tinieblas me envolvieron como una marca
y al mirar al reflejo del espejo me vi:
frente a mí estaba yo,
y era él,
y era Caín.

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