sábado, 1 de abril de 2017

Parte de guerra: Nos quieren cautivos y desarmados

Hoy es uno de abril,
y al encender la tele,
lo primero que vi
fue que condenaban a alguien más por un tweet;
otro rapero debía callar y "no mentir",
y la Audiencia Nacional seguía en su juego de reprimir.

Hoy es uno de abril,
y los que ganaron siguen ahí
arriba de todo,
anclados en sus tronos,
en sus tribunales,
en sus cuarteles en los que,
como los westerns,
van tachando los rostros de gente
a la voz de:
"uno menos, a por el siguiente rojo".

Hoy es uno de abril,
e igual que llegaron,
por la fuerza y contra nuestra voluntad,
siguen dominándonos con su tele,
con sus leyes,
con su inseguridad estatal;
siguen haciendo de nosotros unos peones
que por mucho que intenten llegar al final
nunca dan alcanzado la libertad,
saben
que la escalada social es una falsedad solo destinada a los que nacen en cierta posición especial.

Hoy es uno de abril,
y nosotros seguimos en los mismos lodos que cuando perdimos Barcelona,
Bilbao,
Asturias, Valencia, Madrid;
seguimos con el mismo miedo que vivimos cuando sin cuidao arrasaron Andalucía y Badajoz,
y en las noches oscuras
a los desgraciaos que teníamos en el pecho la hoz
nos pasearon por Coruña,
Cantabria
y Valladolid.

Así, 
sin miedo a dejar huérfano a un país por un exceso de condenas que se excitaban al ver morir.


Hoy es uno de abril,
y sus estructuras
siguen firmes
en un Régimen del que parece imposible huir:
todo lo que digamos sirve para encarcelarnos,
callarnos
y resignarnos a seguir así.


Hoy es uno de abril,
y a pesar de todo lo malo
quizás aun quede algo por lo insistir:
las ganas de solidarizarnos,
apoyarnos
y resistir.

Porque como dijo Otegi,
a muchos años luz de salir:
sabed que vamos a ganar
y que por ello hay que sonreír.

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