martes, 30 de enero de 2018

Soropiseridad en la rosa de fuego

Golpea la sien sin saber como encontrar la piel que atesoró
¿dónde está el loco y todo su color?
cruel camino de dolor
los siete caminos el me marcó
-mi dios-,

La lluvia es la tristeza de un país que no deja de llorar y yo miro al cielo y no veo nada más que una gris cortina de soledad.


Las urbes han caído como las nubes que nos ciegan a 100 kilómetros de distancia. Y marco rumbo sin sendero y piso
con paso simple, pero certero
hacia ninguna parte
porque quien no sabe qué quiere no sabe a dónde quiere llegar

y solapa la suerte con el azar
las voces retumban como un miserere en pleno Toledo
anclado entre los valles impertérritos de silencio sepulcral.


Esa lágrima que resbala por tu rostro refleja más de lo que tu corazón quiere mostrar.

Sonríe de medio lado. Porque para sonrisa entera ya está la luna en cuarto creciente.

Ad morten sin tu mi nominé patris soled al abad sortilegio de noche oscura.

Rompe la soltura de esta cuerda que marca el paso inconsciente de mi automática escritura guiada por el subconsciente.

Dadá no llega, y mecanicismo se queda corto.

¿Dónde estaban las vanguardias mientras hacíamos la revolución de nuestras almas?


Desnúdate a pecho descubierto como mi corazón bajo la luz de este harén de niinfeantes aguas cristalinas.


Soy el cuento sin final que muere a cada paso que da sin voz.

Yo que tú no lo haría. Seguir -me refiero-. Tírate a cualquier parte que ahí estarás mejor que aguantando sin parar y sin razón
de peso.

Deséame un beso en esta fría madrugada
ya nos arrepentiremos de soñar cuando ya no quede nada.

La esperanza no ha existido nunca. Era todo un ciego lanzar los dados aún conscientes de que vivíamos por inercia.

Puede que si lo asumimos de una vez podamos convivir agusto con este futuro que no hemos elegido para nosotros. Con este pasado que mantenemos a flote. Con este presente que nos tocó vivir.


¿Dónde está la luz entre tanta oscuridad?

Y metros y metros de túneles entre tinieblas.

Solo quería ver su sonrisa una última vez... -Sus últimas fuerzas se apagan con cada palabra que sale de esa mirada quebrada y rota-. Cuando sonreía creía... Sentía... Como si realmente alguna vez hubiese llegado a tener un corazón... Solo por eso valía la pena vivir en este vacío y desesperante mundo...

La luz del atardecer se apagaba en el horizonte...
Sus últimos rayos siempre fueron rojos...
Adiós...



Roxas

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