jueves, 4 de enero de 2018

La niña de la mirada siempre radiante

Que el tiempo, pasa a pesar de todo,
es algo que ya sabía,
pero aún así
como que nunca estás listo para asumir
que nunca volverás a tener lo que tenías.

que ya no tendré tu sonrisa para darme las buenas noches,
ni tus sustos y risas con los que iluminar los buenos días,

que ya no tendré con quien discutir por que me haya doblado la ropa,
ni con quien cenar filetes y patatas,
como solo tú sabías.

Porque solo tú sabías hacer muchas cosas, a pesar de que nunca pudiste estudiar y aprender mucho.

El borrón y guerra nueva,
podría ser el lema de una vida que nunca te ha dejado descansar lo suficiente,
como si por alguna broma del destino solo te brindasen pequeños extractos de felicidad de serie y el resto te los tuvieses que ganar tú,
por las buenas o por las malas,
Y fuese como fuese siempre conseguiste lo que te proponías.

Será cosa de familia;
tantas hostias,
tantos reveses,
tantas falsas esperanzas con las que adornar los pequeños instantes de calma;
pero si aún no me he rendido es porque me enseñaste a luchar,

porque una posguerra de hambre curte hasta el más débil de cuerpo y bondadoso de corazón
y tantas veces escucharte los mismos relatos me han convertido en protagonista
de tu mente y de tu historia,
buscando la forma de resucitar tu pasado
para aliviarte el presente entre sonrisas.

La chica a la que amo me dijo no hace mucho:
Y me cuenta su infancia como si mismo ayer fuera.
Creo que haces igual que yo
o yo igual que tú
porque vaya por delante, la segunda parte de la frase,
Y qué sonrisa tienen sus ojos cuando recuerda,
porque es pura verdad.

para ti,
para mí,
para todos,

Nuestras memorias son lo único que nos salva cuando nos asomamos al abismo del olvido.


Que yo
ya sé
que el tiempo no se para.
Por mucho que quiera.
Pero escribiendo
y echando la vista atrás
sí que puedo hacer la magia suficiente como para engañarlo
y teletransportarme 
en el espacio hasta el pasado
y en el tiempo junto a ti

para hacer las suficientes piruetas mentales como cuando los dos éramos niños y nos escondíamos a la vez
aunque vuelen 57 años de diferencia
y nos acerquen 1000 km de distancia.



No sé cómo será todo cuando definitivamente no estés,
                                                                       pero sí sé lo único que voy a hacer:

resistir en esta vida para que vivas eternamente en mi sonrisa,





mi gallega-catalana.


No hay comentarios:

Publicar un comentario