Desfibro acordes diátonos
al vaivén de los átomos
que vibran inconformes
con este ritmo sin orden
que ordena el mundo a un tiempo
los sintes resoplan a lo lejos
y la música sobrevuela sobre nuestros
inciertos momentos de destiempo.
Desfibro el tempo
entre lentos interregnos lamentos
de euforia devoradora de tiernos
vientos desiertos
en las noches del electroverso.
Desfibro acordes diátonos
y los sábados la moria remonta
los cuentos de poca honra
que supuran rapsodias
de historias de eternos sueños,
ya no hay cruentos intentos
de contener el aliento
y el correcto laureamiento
ya no se dibuja entre las luces
de colores que seducen
los altavoces del correcto
suelto atormentamiento
de felicidad al desquite
del despistado enquistamiento.
Desfibro el tempo
y entre ungüentos somnolientos
supuse cobrar el texto
al desdoblamiento
y solo tengo
miles de saneamientos
de la música que arde en este retumbar discotequero.
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